Daniel Cassany: “El aprendizaje informal en línea tiene un gran potencial”
Author: Laura Román
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¿Sabías que multitud de jóvenes chinas son fans de la serie española ‘El Ministerio del Tiempo’ gracias a los géneros multimodales? Estos nuevos modos de aprendizaje en línea (a través de la creación de subtítulos o de la superposición de chats a tiempo real en distintos vídeos), están consiguiendo que los estudiantes pueden aprender idiomas o conocimientos culturales de manera autodidacta. Esta cuestión y su vinculación con la educación formal es lo que expondrá en su conferencia Daniel Cassany, investigador en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, en la próxima edición de SIMO EDUCACIÓN que se celebrará entre el 5 y 7 de noviembre en IFEMA. ¡Ya puedes inscribirte!
Pregunta: ¿De qué tratará su charla en SIMO EDUCACIÓN 2019?
Respuesta: Los jóvenes aprenden mientras se divierten jugando a su videojuego preferido, viendo su serie favorita y conversando con otros fans, siguiendo en Twitter a su banda de K-Pop y tratando de entender los tuits de todos sus miembros… Aprenden lo que les interesa, aunque no esté en el currículum escolar, en los catálogos de libros de lectura juvenil o en el canon literario, cinematográfico o musical de una comunidad.
De este modo, resumiré de modo divulgativo y asequible varias investigaciones de etnografía virtual que hemos realizado en los últimos años en mi universidad, con fondos públicos de concursos de investigación competitiva, sobre las formas de aprender idiomas, tecnología y cultura que emplean los jóvenes hoy en día en la Red. También intentaré explicar qué hacen hoy los estudiantes en la Red para divertirse y qué aprenden al hacerlo.
Un texto reciente que resume varios trabajos es el informe: ‘El fandom en la juventud española’, de una investigación apoyada por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud. También se puede ver la web divulgativa Defandom o el site del proyecto ‘Identidades y culturas digitales en la educación lingüística’.
Es un aprendizaje informal que sucede en la red, al participar en las prácticas sociales (socioculturales, comunicativas, digitales) en las comunidades de seguidores o fans, en contextos informales, sin profesor y por su cuenta…
Por lo tanto, me referiré a jóvenes de diferentes países (España, China, Rusia, etc.), que desarrollan prácticas muy diversas. Hablaré de aquellos que aprenden japonés o coreano doblando canciones de anime o traduciendo mangas al español, que aprenden ruso viendo Masha y el Oso o The Sympsons (con el audio o los subtítulos en ruso), de centenares de jóvenes chinas –puesto que la mayoría son chicas-, que transcriben al español y traducen con subtítulos al chino todos los episodios de todas las temporadas de su serie favorita, trabajando de una manera ordenada y disciplinada, de manera impresionante, y siempre gratuitamente.
También intentaré vincular estas prácticas informales con la educación formal, analizando cómo cambia esta educación si los alumnos desarrollan estos aprendizajes por su cuenta, o buscando puntos de contacto para establecer puentes entre ambos ámbitos, para que lo que hacen los estudiantes fuera de clase pueda entrar en ella y para que lo que aprenden dentro les ayude fuera.
P: ¿Cómo pueden contribuir al aprendizaje dentro del aula?
R: Lo primero sería entender que esas prácticas informales son relevantes, aunque pertenezcan al tiempo de ocio y tengan escasa relación con el currículum escolar. Que sean graciosas, divertidas, alejadas del ‘saber convencional’ no las hace formas culturales menos importantes para aprender que las prácticas escolares tradicionales. Uno de los problemas básicos del docente es que a menudo ‘observa’ estas prácticas como algo ajeno al aprendizaje, que permite pasar el rato pero que no aporta nada serio, en términos de formación del estudiante. Esto es un error.
Al contrario, es importante interesarse por lo que hace el alumno fuera del aula: sus intereses culturales (música, deporte, cómic, series, etc.), sus prácticas habituales (redes sociales, videojuegos, blogs, youtubers, etc.). El docente puede aprender mucho tras conocer esas prácticas de sus alumnos:
1) Puede descubrir qué motiva a sus alumnos y cómo puede vincular los contenidos tradicionales con ese tipo de prácticas.
2) Puede identificar conocimientos y habilidades del estudiante que pueden resultar interesantes para otros compañeros (puesto que en internet cada alumno construye su propio ‘programa de actividades’ y eso diversifica al alumnado, aunque haya nacido en una misma localidad y asista al mismo centro escolar).
3) Puede hallar contextos reales (audiencias, espacios web, funciones, programas) en los que puede situar parte de lo que trabajo en el aula, para que ello conecte mejor con los entornos naturales del alumnado.
Finalmente, algunas de estas prácticas (visualización de series, foros de comentario, traducción y adaptación de productos culturales) pueden integrarse como tipos de actividades formativas en el aula, incluyendo contenidos curriculares o enfocándolos desde una perspectiva analítica. Los alumnos pueden producir vídeos, comentar estos vídeos en línea, subtitular, anotar o traducir a otro idioma algún aspecto del audio o de la imagen del vídeo; también pueden organizarse en línea y repartirse el trabajo para realizar tareas complejas (llevar un club de fans de un músico local, generar un web divulgativo del mismo, etc.)
P: ¿En qué consisten los géneros multimodales? ¿Qué aportan al autoaprendizaje?
R: Multimodal significa que incluye varios modos o formatos de representación del conocimiento, como habla, audio, escritura (en diversos alfabetos o sistemas), música, dibujo, foto, vídeo, iconos, etc. No es solo una suma de modos, sino una integración e interacción entre todos, de modo que se crean lenguajes nuevos. Además, los avances tecnológicos fomentan paso a paso la diseminación, compatibilización y el acceso a todos los productos creados, de modo que los internautas de todo el mundo los puedan utilizar desde sus casas, vinculándose a un espacio único en la Red.
Pongamos un ejemplo globalizado y asombroso. Decenas de miles de jóvenes chicos conocen la serie española ‘El Ministerio del Tiempo’ porque la han seguido en plataformas de fans en su país, subtitulada al español y traducida al chino, superando la censura imperante. Resulta que grupos organizados de jóvenes fans o fansubbers (fan + subtituladores) buscan los archivos originales de la serie en la Red, se reparten el trabajo y, de modo rápido y eficaz, subtitulan los diálogos en español, los traducen al chino, hacen anotaciones culturales para entender el contexto y lo meten todo en un archivo mp4, que cuelgan en la plataforma de fans y que publicitan por las redes sociales.
Así, los fans de cualquier lugar acceden a la plataforma y pueden ver cada capítulo subtitulado y traducido, que además comentan en línea entre ellos con la tecnología del danmu o damaku (cortina de balas), que permite incrustar comentarios sobre la serie encima del mismo fotograma, los cuales emergen en la pantalla de derecha a izquierda, como un telepronter que aparece en pantalla.
Entonces, cuando en el primer episodio los protagonistas viajan a la época de Cervantes y entran en la sala en la que Velázquez está pintando Las Meninas, un fan chino escribe: “Y estas, vestidas así, ¿quiénes son?”, y otro responde: “Las Meninas”, y un tercero: “las del cuadro de Velázquez”. De modo que entre los espectadores se ayudan para entender los referentes culturales de la serie, gracias al espíritu cooperativo que predomina en la Red. Se puede ver la investigación completa sobre los temas de conversación de la audiencia china en este paper de la Revista Comunicar.
Podríamos hallar ejemplos con cómics, dibujos animados, música pop, hip hop, etc. La idea final sería que la Red, con su carácter cooperativo y abierto, configurando comunidades de usuarios iguales, facilita el autoaprendizaje sin necesidad de recurrir a un docente experto o a materiales específicos de enseñanza.
“El género Multimodal incluye varios modos o formatos de representación del conocimiento, como habla, audio, escritura (en diversos alfabetos o sistemas), música, dibujo, foto, vídeo, iconos…”
P: ¿Cualquier persona puede hacer suyos estos géneros o debe contar con una formación específica?
R: Diría que la Red nutre de recursos para autoformarse. Las comunidades de fansubbers mencionadas exigen superar un test de conocimientos de lengua española o de netiqueta en la Red para poder ser aceptados. También disponen de programas de formación inicial y de controles de calidad sofisticados para garantizar que sus producciones superan unos mínimos exigidos. También hallamos muchos recursos (Wikipedia, Preguntas Más Frecuentes, Foros de ayuda, etc.) que pueden asesorar al internauta menos sofisticado. Al igual que los videojuegos, que disponen de varios grados de dificultad para garantizar que los jugadores no se aburran o no puedan concluir ningún juego por falta de pericia.
Pero parece que hay ciertos límites. En una investigación reciente, en la que estudiamos a una chica que empezó siguiendo Du-ramas coreanos desde los 13 años, para luego hacerse fan del K-Pop coreano, empezar a aprender el alfabeto coreano y acabar matriculándose en un curso formal de coreano, con profesorado nativo, estuvimos viendo que el aprendizaje informal en línea tiene sus limitaciones. Esta chica nos decía: “Necesito a alguien que me pudiera corregir mi pronunciación en coreano en la Red” o “necesito a alguien que me pudiera explicar determinados aspectos de gramática”, porque es mucho más difícil hacerlo por tu cuenta en la inmensidad del océano profundo que es la Red.
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