Anna Trabal: “El currículum es lo que pasa en el aula, tiene que ser abierto”
Author: Tiching
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Entrevistamos a Anna Trabal, directora de los servicios educativos de Sants Montjuïc y fue la directora, que junto a otras dos docentes, lideró la creación de la escuela pública Fluvià de Barcelona. ¿Te lo vas a perder?Lideraste, junto a otras dos compañeras, la puesta en marcha de la escuela Fluvià de Barcelona, un centro con un método muy disruptivo. ¿Si pudieras señalar sólo tres aspectos que lo diferencian de otros centros, cuales serían?
De primeras, empezar un proyecto de cero y hacerlo de una forma coral, compartida, creo que ya es bastante disruptivo en sí mismo. El equipo directivo lidera pero escucha todas las voces del centro y esto implica incorporar las voces de los de los docentes, pero también la de los educadores del espacio de mediodía, de las familias, de los alumnos, etc..
¿Esto qué implica?
Nuestro objetivo era que cuando un niño entraba en el aula a las 09.00 de la mañana y marchaba después de hacer una extraescolar no notase diferencias entre un espacio u otro, aunque estuviera “gestionado” por personas distintas. En este sentido, es importante poner atención al lenguaje, a la forma de abordar las distintas situaciones, a la forma de tratar a las personas, el respeto, etc..
¿Cuál sería otro aspecto que destacarías?
La idea sistémica: que los alumnos sepan que forman parte de un sistema que incorpora a las familias. Es importante que los progenitores sepan lo que pasa en el colegio y que nosotros sepamos qué pasa en casa, sin juicios ni reproches. Nosotros creímos que las famílias debían incorporarse en la escuela y no solo a través del AFA (Asociación de Familias de Alumnos). Quisimos que las familias entraran en el aula en horario lectivo. Aquí tuvimos un profundo trabajo para hacer entender a los adultos que su labor no era fiscalizar lo que ocurría en el aula si no dar soporte, participar y ver cómo aprenden y crecen.
¿Y por último?
La incorporación del arte y de la estética creo que es algo que también nos diferencia. Cómo se dispone el mobiliario del aula, qué colgamos en la pared, buscar la amabilidad en el espacio ha sido también uno de nuestros mayores esfuerzos porque creemos que el entorno influye mucho en el estado de ánimo y la actitud de alumnos y docentes. Esta generosidad en el tiempo y en los espacios da procesos muy interesantes y potentes.
¿Qué buscáis con esto?
Buscamos que los niños sean autónomos y esto no significa trabajar solos, ¡al contrario! Lo que fomentamos mucho es el espíritu crítico, la reflexión, la creatividad, etc..
¿Cómo es el equipo de docentes del Fluvià?
Cuando empezamos éramos cinco docentes, el equipo creció, curso a curso, a medida que los alumnos iban creciendo. En un primer momento, a las escuelas de nueva creación se nos permite escoger a los docentes que se integran al equipo ya que esto facilita en parte la gestión, pero a partir del cuarto año ya empiezan a salir plazas a concurso. En este punto han llegado docentes que se han adaptado muy bien a la forma de funcionar del Fluvià y otros que no y que, finalmente, han cambiado de centro. Los docentes del Fluvià son personas muy comprometidas con este proyecto concreto dispuestas a dedicar horas fuera de su horario para continuar formándose y enriquecerse a ellos mismos y al proyecto. La formación es nuestro “peaje” ya que todos los lunes por la tarde tenemos una sesión formativa.
¿Qué tipo de formaciones hacéis estos lunes?
De todo tipo, según necesitemos. A veces son formaciones que lidera el equipo directivo, otras veces traemos a expertos en determinados temas para que nos instruyan. Hemos hecho formaciones sobre ambientes, sobre proyectos de aula, de proyecto servicio, etc.. Al principio, y sobre todo, cuando venían expertos, les pedíamos que nos señalaran qué era importante para ellos en una escuela de infantil y primaria y en qué se fijarían ellos. De aquí sacábamos muchas ideas.
De estas formaciones también salió la idea de hacer las jornadas abiertas.
¿En qué consisten estas jornadas?
Son dos tardes en las que los docentes del centro, las familias y toda aquella persona interesada, por eso son abiertas, vienen al Fluvià para reflexionar y aprender sobre un tema concreto. Por ejemplo sobre el patio, su disposición, su uso como espacio de creación y aprendizaje, etc..
¿Cómo debe ser el equipo directivo que lidera un proyecto así?
Para empezar ser líder de verdad, y esto significa no solo ir a la cabeza, sino mirar atrás constantemente. Otra cosa que para nosotras resultó clave fue que nos negamos a ser sólo equipo directivo y mantuvimos nuestros espacio de trabajo como docentes. Queríamos estar dentro de las aulas y seguir viviéndolas porque si no lo haces desconectas con lo que pasa en los pasillos. Cuando participas en las reuniones de ciclo se habla de aquel niño que en un ambiente determinado no está alcanzando los objetivos, y yo, como maestro de ciclo también tengo esta mirada. Para nosotras también fue importante cambiar los claustros.
¿Cómo los cambiaron?
En los claustros siempre hay uno que habla y el resto escucha. Los ”poderes fácticos” siempre responden pero hay gente que asiste a todos los claustros y no opina nunca.
Decidimos que no podíamos forzar a nadie a participar, pero sí que podíamos estimular la participación con distintas herramientas. Hicimos mucho trabajo en equipo, nos dividíamos los temas y los trabajábamos en grupo. De este modo, todo el mundo participaba y salían propuestas muy interesantes.
La escuela, ¿cómo se relaciona con el exterior?
Este tema nos preocupó mucho y para ello nos dotamos de recursos. Los niños cuando son pequeños se relacionan mucho con el interior del colegio, se reconocen entre ellos y aprenden pero, a partir de cuarto de primaria, necesitan más cancha. En este momento se hace más evidente que necesitan salir y, por ello, buscamos programas como “Cine en curso”, programas sociales, etc.. Pensamos que hay gente que se dedica a este tipo de programas y fuimos a buscarlos. Nos gustó mucho el de una asociación cultural de Barcelona que busca retratar las diferencias sociales entre barrios. Es un proyecto muy potente para reflexionar.
¡Qué interesante!
También hicimos un intercambio en especies con un gabinete de psicología del barrio, ellos querían saber cómo trabajábamos y nos ofrecieron llevar al colegio un espacio de reflexión personal para los más mayores del colegio. Hemos trabajado también la relación con el entorno cercano del barrio y nos hemos interrelacionado mucho con él. Está muy bien ir a visitar espacios de Barcelona o Cataluña pero poder palpar la cercanía del barrio es clave.
Otros centros del barrio o de la ciudad han mostrado interés por vuestra manera de hacer las cosas ¿cierto?
Si, en el barrio además tenemos una escuela prima hermana, La Llacuna, y ahora en el barrio han nacido nuevos proyectos muy similares. Hacemos muchas alianzas con los centros próximos y esto nos enriquece a todos. También ha sido muy bonito hacer el traspaso a la secundaria y alargar la mirada a los centros del barrio que hacen ESO y bachillerato. Nos han preguntado muchas veces si el modelo del Fluvià tiene copyright y si se puede copiar. Nosotros siempre decimos lo mismo: nosotros creamos para nosotros, y si a otros les sirve, que se lo hagan suyo.
Debéis recibir muchas visitas…
Sí, ahora somos nosotros los que recibimos estas visitas. Hemos tenido que poner un protocolo porque si no cada semana tendríamos gente paseando por el centro. Es una muy buena herramienta, nosotros también cogimos muchas ideas de visitas que hicimos mientras trabajábamos el proyecto.
¿Y cuándo les preguntan por la consecución del curriculum? ¿Lo cuestionan?
Claro que cuestionamos el currículum, no puede ser algo tan estanco. El currículum es lo que pasa en el aula, el currículum tiene que ser abierto. Hay unas estrategias que hay que conocer y nos aseguraremos de que los niños de nuestro centro sean competentes en ello, pero si un niño se interesa por la Guerra Civil porque ha visitado con la familia los refugios de Badalona, no seremos nosotros quién corte este interés.
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