Cómo abordar la discalculia, la ‘dislexia matemática’
Author: Gil
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Es muy probable que haya oído hablar de la dislexia, pero, ¿le suena un trastorno llamado discalculia? Seguramente no, ya que los niños que sufren dificultades en el aprendizaje de las matemáticas (DAM) no son diagnosticados con la misma frecuencia que aquellos que tienen dislexia.
De hecho, el estudio que hemos realizado recientemente en Reino Unido demuestra que los alumnos con dislexia tienen una probabilidad más de cien veces mayor de obtener un diagnóstico y apoyo educativo que los niños que tienen discalculia, a pesar de que se considera que ambas alteraciones son igual de comunes.
No deja de ser preocupante, ya que una investigación llevada a cabo en 2008 refleja que la falta de habilidad numérica podría influir en el futuro del individuo de manera más negativa que un nivel bajo de alfabetización. Es más, se ha establecido un sólido vínculo entre las competencias matemáticas y el éxito en los estudios, los ingresos económicos, la salud (tanto física como mental) e, incluso, la probabilidad de ser detenido y encarcelado.
¿Qué es la discalculia?
La discalculia es definida como un trastorno caracterizado por dificultades severas en el aprendizaje de las matemáticas a largo plazo, que causan problemas considerables en el desempeño académico o laboral, así como en las actividades diarias.
Algunos de los síntomas típicos de la discalculia, fácilmente identificables por los padres, son el conteo con los dedos (incluso en operaciones sencillas), la dificultad para recordar datos numéricos (como las tablas de multiplicar) y la necesidad de sobreesforzarse para adquirir nuevos conocimientos.
Los niños con DAM podrían tener problemas con la utilización de artilugios simples, como los calendarios y los relojes. También podrían encontrarse con dificultades a la hora de recordar el orden en el que ocurrieron ciertos acontecimientos, así para seguir pautas secuenciales.