November 7, 2024

Con las manos en la placa: el movimiento ‘maker’ llega a las aulas

Author: Gil
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Hay escuelas en las que niños de 11 años y jóvenes de 16 fabrican sondas estratosféricas, prótesis ortopédicas o dispositivos robóticos usando código abierto e impresoras 3D.

Güevéjar, pueblo granadino de 2.551 habitantes con un colegio rodeado de olivos. Su nombre es esperable, Federico García Lorca. Su arquitectura, estándar. Su calificación, pública.

¿Qué tiene de diferente para encabezar un artículo en una revista sobre transformación tecnológica? Pues ese aula que parece un salón recreativo de familia numerosa con una gran maqueta Lego sobre gestión hídrica, pequeños robots sigue-líneas en el suelo, una cartulina verde en la pared que sirve de croma, dos pequeñas impresoras 3D… Y niños de sexto de Primaria (11-12 años) que juegan en serio, es decir, estudian.

No es solo un taller tecnológico, es un taller maker. Recapitulando, la filosofía maker evoluciona el concepto do it yoursef, hazlo tú mismo, hacia el do it together, hagámoslo juntos. En la primera década del siglo XXI nacen dos herramientas que lo cambian todo: Arduino, la plataforma de software y hardware de código abierto, y unos años después esa máquina haztelotodo: la impresora 3D de escritorio.

Si hasta entonces un puñado de irreductibles aficionados se conformaba con reparar dispositivos comerciales, ahora comienzan a fabricarlos desde cero. Tienen lo que hay que tener en componentes y herramientas, además se juntan para compartir conocimientos y local como los fab-labs y makespaces. Traslademos ese modelo de taller a la educación y obtenemos el aula del colegio de Güevéjar. Su impulsor es un profesor atípico, Diego García, convencido del aprendizaje mediante el trabajo en grupo, sin exámenes, y con base tecnológica aplicable a cualquier disciplina.

Consulta la nota completa en: Revista Retina / El País