Cultura Maker, mucho más que construir robots
Author: Gil Del Valle
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En plena era digital, la utilización de software y aplicaciones móviles impulsa el desarrollo académico de niños y adolescentes; sin embargo, resulta importante que padres de familia fomenten en los estudiantes las habilidades que les permitan construir tecnología con sus propias manos, coinciden expertos.
La cultura o filosofía Maker se refiere al uso de herramientas relacionadas con la ingeniería, como robótica, electrónica, impresión 3D y programación, pero también actividades tradicionales como la carpintería, la mecánica y la electrónica, entre otras, con el fin de que cada persona sea capaz de fabricar sus propios artefactos y de resolver problemas; es decir, crear tecnología con sus manos.
En la actualidad, la cultura Maker es integrada en algunos modelos educativos innovadores que dotan a los estudiantes de las competencias indispensables para destacar en las carreras de mayor demanda en el futuro y en un panorama laboral sumamente competido y cambiante.
“Adoptar la filosofía Maker en las escuelas y en casa es una de las mejores ideas dentro de la formación de los niños y adolescentes, pues una de las competencias que se van a requerir de los profesionistas de un futuro cercano es que sean solucionadores de problemas, y esto se logra con el uso de materiales y tecnología”, apuntó Rodrigo Assael, director y fundador de Pinion Education, consultora mexicana en metodologías educativas que integra elementos Maker en sus modelos pedagógicos.
En su reporte The Future of Jobs 2018 el Foro Económico Mundial pronostica que los especialistas en inteligencia artificial y big data, bioingenieros e ingenieros en robótica, que hoy constituyen un 16% de la base laboral, en 2020 representarán el 27%. Mientras tanto, la labor de profesionales tradicionales, como analistas financieros y contadores, serán sustituidos por algoritmos y su participación pasará de 31 al 21%.
El mismo informe señala que las habilidades que serán más demandadas son el aprendizaje activo, el pensamiento analítico e innovador, la programación, la creatividad y el liderazgo emocional.
Assael describió algunas de las características que adquieren los niños cuya crianza y educación incluyen elementos Maker, en contraste con los modelos académicos tradicionales:
Son personas empoderadas: se consideran capaces de modificar su entorno, saben que pueden resolver problemas mediante la tecnología, son generadores y no sólo consumidores de ella.
Son creativos: tienen enormes habilidades para generar ideas y ponerlas en práctica con los instrumentos y conocimientos adquiridos. Pueden construir cualquier herramienta que ellos o la sociedad necesiten.
Dominan las disciplinas STEAM: ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas son las áreas de conocimiento indispensables para destacar en el entorno digital y de innovación que se avecina.
Son curiosos: utilizan su sentido de exploración e investigación como base del aprendizaje y la resolución de problemas.
El especialista indicó que tanto profesores como padres de familia necesitan hacer conscientes a los niños y adolescentes de lo que ocurre en su entorno, y cómo lo pueden mejorar. Esto promueve el aprendizaje por descubrimiento y experimentación.
Sin embargo, Assael alertó: “Los niños y jóvenes no están creando, y debemos de ocuparnos de ellos pues la mayoría de los padres permiten que la tecnología entretenga a sus hijos, lo cual genera muchos problemas. El aburrimiento es esencial dentro del proceso creativo, además de que la interacción con otras personas es importantísima para las habilidades del futuro. Pero esto no está pasando, pues tenemos a los niños enchufados a una tablet o a un celular, jugando o viendo videos. Es un problema grave”.
Al respecto, el doctor en Psicología e investigador José María Avilés, autor del libro Educar en las redes sociales, señaló la importancia de que los padres supervisen la información que sus niños consumen cuando permiten el uso de dispositivos móviles: “Es imperdonable que estos se usen para ‘apagar’ al niño. Los infantes deben tener un referente adulto que le ayude a ser crítico y tomar pautas”, advirtió.
Tanto dentro como fuera de las aulas, al sitio que funciona como laboratorio de proyectos Maker se le conoce como makerspace, un laboratorio que incluye herramientas como impresoras 3D, máquinas de corte láser, estaciones de soldadura y tarjetas electrónicas, entre otros.
Ángel Tello, lab manager de Master Space, espacio de innovación e impulso a la creatividad de jóvenes de la empresa mexicana Máster Electrónicos, indicó que en México existe una buena oferta de makerspaces para adultos con experiencia en creación de proyectos, pero también los hay especializados en el sector infantil. Indicó que el departamento a su cargo ofrece cursos enfocados en robótica e impresión 3D, así como asesoramiento a los niños que tienen un proyecto en mente y que pueden desarrollar con programación, microcontroladores Arduino y máquinas de corte láser en vinil y plotter, así como orientación en matemáticas.
Finalmente, el especialista de Pinion Education expuso que practicar actividades Maker no es algo nuevo: “La realidad es que todos los niños son Maker, los humanos lo somos: es parte de nuestra naturaleza crear y construir cosas, y hemos llegado al nivel de civilización que tenemos gracias a esa construcción continua y constante, a siempre tener esa curiosidad para ver cómo resolvemos un problema al construir la solución”, finalizó.
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