Doble excepcionalidad: ¿altamente capaces o mega capaces?
Author: Tiching
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La profesora María Sánchez Dauder habla sobre las personas con doble excepcionalidad, niños y niñas que a pesar de tener altas capacidades también tienen limitaciones. ¿Te lo vas a perder?Hablar de altas capacidades no es siempre sinónimo únicamente de alta habilidad. Existen perfiles de niños, niñas -y jóvenes y adultos, por supuesto- con estas características que van acompañados de ciertas limitaciones.
Este tipo de situaciones genera una gran problemática a la hora de evaluarlos, dado que la barrera esconde la capacidad y, a su vez, gracias a su capacidad, estas personas elaboran estrategias para conciliar su día a día con el obstáculo que convive con ellos. Son perfiles complejos que no podemos dejar de lado. Si una alta capacidad necesita sentirse comprendida y acompañada, una doble excepcionalidad, doblemente.
Como he apuntado inicialmente, hablamos de altas capacidades, pero no nos planteamos que estas personas no tengan un diagnóstico puro de alta capacidad. Pero es tan y tan común, que asombra a muchos profesionales ver cómo niños con grandes problemas, saben esconderlos y camuflarlos. Las situaciones más conocidas con doble excepcionalidad son tres: trastornos de aprendizaje, síndrome de Asperger y TDA/TDAH.
Los trastornos de aprendizaje
Los trastornos de aprendizaje que incluyen la dislexia y la discalculia. Los niños con alta capacidad y este perfil sufren grandes crisis de autoestima y autoconcepto. La dislexia y la discalculia hacen que las letras les vuelen, que los números y las grafías se inviertan de orden, que las tablas de multiplicar, los días de la semana o los meses del año no se graben en su cerebro…
¿Qué se le suma a estas contrariedades? El perfil propio de las altas capacidades: perfeccionismo, intolerancia a la frustración, hipersensibilidad extrema, además de la autoconciencia de saber que no son capaces de plasmar sobre papel lo que su cabeza visualiza sin ningún problema.
¿Complejo, verdad? Se transforman en niños con una altísima frustración, que ellos mismos se fustigan y se anulan ante su entorno por no ser capaces de ser lo que no comprenden por qué no pueden ser. Son carne de cañón a nivel social y emocionalmente vulnerables, además de forma transparente, ante sus iguales. Aparte, académicamente no brillan porque sus complejidades les prohíben dar la talla ante los exámenes: no comprenden enunciados de los ejercicios, se pierden ante los textos,… con la consecuencia de aislarse en el aula y desatender a los docentes para esconder sus déficits. Su frustración gana a sus fuerzas por sacar adelante su día a día. Duro, delicado y complejo.
El síndrome de Asperger
El síndrome de Asperger esconde a los chavales que les cuesta expresar sus emociones, con la consecuencia que socialmente no brillan porque no tienen empatía con sus compañeros. Son unos grandísimos conocedores de ciertas áreas, pero que lingüísticamente no tienen la habilidad de comprender ciertas bromas o ironías y se sienten incomprendidos por su entorno cercano en la escuela. Además, padecen una extremísima hipersensibilidad sensorial, hasta el punto de no poder tocar ciertas texturas; incluso, pánico ante ciertos ruidos que les desencadenan situaciones de explosión emocional y alta ansiedad por miedo a la explosión de un globo, por ejemplo.
Tampoco les favorece su extrema rigidez ante ciertas situaciones. Su capacidad les ayuda a encontrar estrategias para disimular sus miedos, aunque no siempre lo consiguen. A nivel social, a menudo padecen aislamiento debido a la falta de comprensión de sus compañeros y, muy habitualmente, se producen situaciones de acoso escolar en estos perfiles, por falta de comprensión de sus actitudes por parte de sus compañeros. La línea entre la alta capacidad pura y el síndrome de Asperger es tan fina, que a veces se confunde un niño de alta capacidad con un Asperger. Mucho cuidado con los falsos diagnósticos ante estos perfiles.
El TDAH/TDA
EL TDAH/TDA en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, al igual que con el síndrome de Asperger, hay una línea muy fina entre la alta capacidad propiamente y características de este trastorno. Los niños de alta capacidad se mueven, no paran quietos, su cerebro les hace vibrar y su movimiento suele ser imparable en ciertos momentos, dadas las extremas emociones que viven con ellos.
Cuando un niño tiene tdah y alta capacidad, ya se ven indicios en su evaluación, porque su velocidad de procesamiento (escala de Weschler) suele ser muy muy baja. Son niños incapaces de atender a una consigna porque su cerebro no se lo permite, aunque escuchen la información. Son perfiles incapaces de parar a nivel motriz, siempre están en acción; incluso, a nivel mental. Su cerebro siempre está en ebullición. A todas horas. Pero aquel que tiene únicamente alta capacidad, es capaz de pararse y concentrarse cuando algo le interesa y saber relajar su sistema neurológico.
A veces, se cruzan los dos factores. Los alumnos con este perfil, dada su imposibilidad por poner freno y control a su movimiento, se angustian y se frustran mucho. Además, no tienen la capacidad de pararse a concentrar y a atender dentro del aula. La consecuencia de esto es que sus resultados académicos, incluso teniendo alta capacidad, no cumplen sus expectativas intelectuales. Teniendo en cuenta, además, las características de la alta capacidad, su nivel de frustración y de autoconcepto desencadenan un malestar personal y una bajísima autoestima. La consecuencia social de estos perfiles es, también, convertirles en diana de críticas sociales entre sus compañeros y son niños sensibles a recibir acoso escolar.
Además de estos tres perfiles, hay otros tipos de doble excepcionalidad: problemas visuales, dificultades motoras y sensoriales, TEL (trastorno específico del lenguaje), síndrome de Touret, TOC (trastorno obsesivo compulsivo), trastornos emocionales, creativos… que generan malestar y alta frustración a las personas con este perfil: niños, jóvenes y adultos. Pero es fundamental tener en cuenta que la doble excepcionalidad no se limita a los trastornos de aprendizaje, el Asperger o el TDA/H.
A veces, y es más común de lo que parece, hay perfiles que además de la alta capacidad tienen más de una de las limitaciones comentadas. En España hay grandes profesionales sobre estos temas.
Vivir con alta capacidad es aprender a entender que el mundo no piensa como tú, pero vivir con una doble excepcionalidad es aprender a vivir sabiendo que piensas diferente y además, te cuesta explicar el por qué. Si el profesional que te acompaña, forma a la familia, y maestros y los docentes trabajan al grupo clase con la cohesión y la empatía, el éxito es posible.
¿No estamos en una sociedad inclusiva y diversa? Pues demostrémoslo y actuemos en consecuencia. Los grandes genios no son perfiles periódicos puros, la diferencia es lo que les hace ser únicos y geniales. Dejemos que sean ellos y que brillen con todo su esplendor y sus diferencias.
En este último libro mío hay relato de niña con alta capacidad y doble excepcionalidad para que estos perfiles empaticen con alguien y no se sientan solos.