Author: Domingo Méndez
Source
“Harto de las faltas de respeto de los alumnos: lo dejo, me estoy amargando la vida” , eso nos dice Marc un profesor de instituto de Barcelona que con apenas 33 años y cinco de docencia, arroja la toalla y se declara impotente ante una situación de indisciplina y falta de respeto por parte de sus alumnos que hacen de las aulas un lugar muy alejado de lo que teóricamente deberían ser y que no son, es decir, unos espacios de aprendizaje y colaboración entre alumnos y profesores en donde impere un clima de respeto mutuo en favor de una formación integral como personas y ciudadanos.
La situación de este profesor no es la norma pero tampoco es la excepción, en las aulas de muchos centros se viven día a día situaciones que poco o nada tienen que ver con aquello para lo que están destinadas. Alumnos desmotivados, sin ganas de aprender , que no ven nada atractivo en los centros, que vienen de la calle y de sus hogares con un bagaje cultural y de valores opuestos frontalmente a la propuesta de las aulas y esto necesariamente provoca estas situaciones de rechazo ante el cual hay que arbitrar un serie de medidas no solo disciplinarias y que en la mayor parte de los casos no depende solo de los centros ni mucho de los docentes.
No pretendo, ni tengo capacidad para afrontar ni siquiera un atisbo de solución a todo esto, sin duda una cuestión de gran calado, pero si me atrevo, avalado por mis cuarenta años de docente, a apuntar a modo de pinceladas un serie de aspectos que echo en falta y que, desde mi punto de vista, son esenciales para iniciar un debate sobre el tema.
- Echo en falta una apoyo claro, coherente y sistemático de todas las administraciones a la figura de los docentes, que ponga el valor nuestra importante función social, para que la sociedad y las familias nos vean como elementos claves e insustituibles en la educación de nuestros jóvenes. Campañas publicitarias de sensibilización podría ser unas de las vías pero no la única.
- No se puede pretender que todos los alumnos aprendan lo mismo, al mismo tiempo y de la misma manera es por eso por lo que creo necesario un aumento de la optatividad y la diversificación de asignaturas en ámbitos, todo ello de manera no discriminatoria y no homogeneizadora asegurando la igualdad de oportunidades. Esto supone, efectivamente, más profesorado y por tanto menos ratio, y si, más inversión.
- Un curriculum flexible menos academicista y libresco y más funcional con contenidos más significativos, competenciales e integrados.
- Unos equipos directivos con más autonomía acompañados de una inspección menos burocrática y más colaboradora.
- Una actualización de los planes de estudio del grado de magisterio y de los máster de formación del profesorado pegados a las realidades de las aulas y que se nutran de ellas.
Ya se sabe que para educar a un individuo hace falta toda una tribu, pero esta tribu cada vez delega más en las escuelas y estas asumen roles cada vez má complejos y en la mayoría de las veces a contracorriente, es por esto por la que reivindicó el valor de todos mis compañero que se dejan el alma, que día a día se enfrentan en soledad a situaciones como las de nuestro compañero Marc y solicito el apoyo de toda la tribu.