November 18, 2024

Jesús Guillén: “La creatividad se puede aprender y fomentar desde el aula”

Author: EDUCACIÓN 3.0
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Fomentar las emociones positivas, desarrollar la creatividad y aplicar la neuroeducación en el aula influyen directamente en la mejora del proceso de aprendizaje y en el bienestar de los estudiantes. El Grupo Social ONCE se une a este objetivo con la puesta en marcha de su 36 Concurso Escolar. Bajo el lema ‘Once upon a time, La mirada de tod@s’, su objetivo es abordar la inclusión desde una mirada holística centrada en las capacidades de todas las personas y su desarrollo integral.

Para ello, y por cuarto año consecutivo, el Concurso Escolar ofrece recursos educativos como webinars formativos online interactivos a cargo de expertos en educación inclusiva y creatividad. Jesús Guillén, docente, investigador y experto en neuroeducación, protagonizará el segundo de estos webinars el 28 de noviembre con la sesión ‘Cerebros creativos en la educación: ¡todos podemos mejorar!’.

En esta entrevista, el autor de Escuela con cerebro, blog pionero en España sobre neuroeducación, ofrece las claves para favorecer la innovación en el aula teniendo en cuanta la inclusión y la igualdad de todo el alumnado.

Concurso Escolar ONCE Jesús Guillén creatividad

Pregunta: La imaginación de la que nace la creatividad necesita de una educación que la fomente, ¿cómo confluyen creatividad y educación en el aula?

Respuesta: La creatividad es una capacidad que nos caracteriza a los seres humanos, que podemos enseñar y mejorar, y que debe constituir una competencia esencial para el aprendizaje. Más si cabe en los tiempos actuales de la inteligencia artificial. Es necesario asumir que todos podemos ser creativos y que la creatividad se manifiesta en cualquier faceta de la vida, aunque pueda adoptar formas diferentes.

Hay muchas estrategias para favorecer la
creatividad en el aula, integrándola en las tareas diarias o suministrando
oportunidades que faciliten la elección propia, la imaginación y la
exploración. Pero también es básico establecer entornos de aprendizaje
creativos vinculados a situaciones cotidianas y cuidar los aspectos emocionales
porque condicionan la aparición de ideas creativas. Sin olvidar nuestro ejemplo
como educadores. Los primeros que tenemos que intentar ser creativos somos los
propios docentes.  

P:
Uno de los puntos claves de tu discurso es la necesidad de trabajar todas las
potencialidades del alumnado, ¿con qué herramientas contamos para sacar lo
mejor de cada alumna/o?

R: Todos somos diferentes. Cada
estudiante tiene sus capacidades, fortalezas, intereses, motivaciones y
conocimientos previos que hemos de conocer para atender de forma adecuada la
diversidad en el aula. No existen soluciones milagrosas, ni únicas porque cada
contexto es diferente, pero lo que queremos es que puedan aprender juntas
personas diferentes, tal como pasa en la vida real.

Hay estudios que demuestran la
importancia en el proceso de generar climas emocionales positivos que
suministren retos adecuados a las necesidades individuales.

P: La sesión formativa del 36 Concurso ONCE que impartirás el próximo 28 de noviembre lleva por título ‘Cerebros creativos en la educación’. ¿Son la pedagogía y la creatividad elementos que van de la mano?

R: Por supuesto. La creatividad puede
fomentarse en cualquier materia, etapa educativa o estudiante, y su mejora
requiere práctica. Plantear cuestiones y problemas que tengan más de una
solución correcta, pedir asociaciones entre ideas y reflexionar sobre sus
implicaciones, hacer comparaciones y similitudes o encontrar usos alternativos
a objetos o situaciones, no se restringe a ninguna disciplina concreta. Cuando
descomponemos algo en sus elementos y recombinamos estos de forma sorprendente
para alcanzar algún objetivo, estamos siendo creativos. Así, por ejemplo,
elementos familiares como palabras, notas musicales, colores, partes, productos
o emociones pueden recombinarse para formar creativos poemas, canciones,
cuadros, inventos, planes de negocio o realizaciones personales. Y en la sesión
del 28 de noviembre pondremos distintos
ejemplos
sobre ello que pueden ayudarnos a aprender con todo nuestro
potencial.

P:
¿Qué papel juegan las emociones, la creatividad y la neuroeducación en el
aprendizaje?

R: Las emociones son básicas en el
proceso de aprendizaje. En especial, hay dos que van a resultar clave, la
sorpresa y la alegría, dado que estimulan la atención, la motivación o las
sensaciones de recompensa. Y el vínculo con la creatividad es directo porque
sabemos que las emociones positivas abren el foco de nuestra atención y ello
posibilita una mayor exploración del entorno, respuestas menos habituales y
reflexiones novedosas, cosa que no ocurre en situaciones con ansiedad. En las
investigaciones en neurociencia se han identificado las regiones cerebrales y
las redes neurales concretas (red neural por defecto, red de control ejecutivo
y redes atencionales) que participan en la generación de pensamientos
creativos.

P: Propones la neuroeducación como metodología para transformar el aula. ¿Qué es y qué aspectos quiere atravesar?

R: Neuroeducación es más que eso, es un
aprendizaje desde, en y para la vida. Y ello conlleva un proceso de
transformación a nivel personal que posibilite educarnos para poder educar.

Los seres humanos somos sociales y el aprendizaje por imitación es básico desde el nacimiento. Todo ello está impregnado del componente emocional. No es casualidad que entre los factores que inciden más en el aprendizaje del alumnado estén las expectativas del propio estudiante sobre su capacidad y también las del docente sobre el desempeño de su alumnado. Junto a ello, se ha comprobado que una buena cooperación entre el profesorado es fundamental para optimizar el aprendizaje y atender mejor las necesidades particulares. Pero ello requiere una buena educación emocional (se necesita tiempo y, en el aula, siempre parte de la formación del profesorado, sin olvidar a las familias). Y cuando se trabajan bien estas competencias socioemocionales, los docentes comparten la docencia y entran con naturalidad en aulas de otros compañeros, cooperan en proyectos multidisciplinares, como los proyectos Aprendizaje-Servicio, en los que también pueden participar estudiantes de distintas etapas educativas, las entidades sociales o las propias familias, o reorganizan los espacios de aprendizaje para mejorar su utilidad. La mejora educativa requiere la participación de toda la comunidad. Sin olvidar la importancia del proceso de evaluación. Si algo no funciona, hay que ser flexibles y cambiarlo. Aquí también juega un papel importante la cooperación del profesorado analizando las situaciones desde diferentes perspectivas. Asumimos, por supuesto, que todo gran proceso de transformación requiere su tiempo.

P:
¿Cómo puede aplicarse en los centros educativos? ¿Qué novedades aporta?

R: Tal como comentamos anteriormente, en
los centros escolares el enfoque tendría que ser global. Lo cual conlleva
analizar y replantearse qué se enseña, cómo se enseña y cómo se evalúa. Y
ligado a esto, entendemos que resulta imprescindible generar climas emocionales
positivos que sabemos que facilitan el aprendizaje, junto a la creación de
espacios que puedan ayudar a la mejora educativa. Porque sabemos que la
disposición del mobiliario, la iluminación, la temperatura, la decoración…,
también inciden en el aprendizaje.

En lo referente a las cuestiones
emocionales que son tan importantes, entendemos que es necesario poner en
práctica buenos programas de educación emocional que hagan un especial énfasis
en las funciones ejecutivas del cerebro. Sabemos que estas funciones
relacionadas con la gestión de las emociones, la atención y la memoria son
básicas para el buen desempeño escolar y cotidiano. Y para un buen
funcionamiento ejecutivo del cerebro es importante ir más allá de lo cognitivo
y atender las necesidades emocionales, sociales o físicas de todos los
estudiantes. Y ahí entran, por ejemplo, el arte, el deporte, el juego o los
buenos programas de educación emocional que nos permiten trabajar competencias
básicas en los tiempos actuales.

P:
Si algún/a docente quisiera introducir conceptos de neuroeducación en sus
procesos de enseñanza y llevarlos a la práctica de aula, ¿por dónde empezaría?

R: Desde la infancia temprana, los ritmos
madurativos del cerebro son los que deberían marcar los ritmos educativos y el
aprendizaje de los conceptos, habilidades o actitudes. Ahí entramos los
adultos, tanto en la escuela como en la familia. Por ello es básico crear
buenas redes cooperativas entre las distintas instituciones.

En el caso de que algún docente quiera
poner en práctica la neuroeducación de verdad (ojo porque existen muchos
neuromitos identificados en la educación), tiene que consultar fuentes fiables
o formarse de forma adecuada. Y es bueno concretar entre tanta información
disponible de las investigaciones que provienen de la neurociencia y las ciencias
cognitivas. Por ejemplo, el gran neurocientífico Stanislas Dehaene ha
identificado cuatro pilares del aprendizaje que nos permiten mejorar de verdad
la educación y que el docente puede trabajar en el aula para optimizarlos. Son
la atención (especialmente la ejecutiva, que está vinculada a la
concentración), el compromiso activo o curiosidad (ligada a la motivación y que
incita al cerebro a evaluar nuevas hipótesis), el buen feedback (se asume el
error y nos alejamos del castigo) y la consolidación de los aprendizajes (el
sueño es básico en el proceso). En lo referente a lo último, sabemos que las
buenas preguntas (que suelen ser abiertas) fomentan un pensamiento crítico, más
profundo, reflexivo y creativo.

P: Llevas ya tres ediciones colaborando con el Concurso Escolar ONCE en la impartición de sesiones formativas webinar. ¿Qué crees que aportan este tipo de programas de sensibilización a docentes y alumnado?

R: Los concursos como el de ONCE
constituyen una necesidad educativa porque nos permiten ponernos en contacto
todos los integrantes de la comunidad analizando qué es lo que funciona y por
qué funciona (aquí es donde entra la ciencia). Porque todos queremos mejorar la
educación, para así mejorar la sociedad.

Por mi parte, estoy muy agradecido de
poder participar en este tipo de iniciativas vinculadas a la escuela de verdad,
que es la inclusiva, en donde aprendemos todos juntos optimizando nuestras
fortalezas y asumiendo nuestras diferencias. Y es que, efectivamente, lo más
importante en la educación son las personas.

Para inscribirse en la sesión formativa online, ‘Cerebros creativos en la educación: ¡todos podemos mejorar!’, que impartirá Jesús Guillén el 28 de noviembre, obtener más información y descubrir los recursos del 36 Concurso ONCE, visita el apartado de recursos de la web del Concurso Escolar.

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