La epidemia de COVID-19 obliga a crear una nueva modalidad de formación inexistente hasta ahora
Author: Angel Fidalgo
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Para explicarlo utilizaré una metáfora con partidos políticos, que se pueden clasificar en izquierda, centro y derecha. Los objetivos de todos los partidos de cara a la ciudadanía son siempre los mismos: mejorar la sanidad, la educación, el empleo, la calidad de vida, etc. Pero la forma de alcanzar los objetivos es distinta para cada partido. Cada uno de ellos tiene sus propios programas electorales e incluso promesas específicas. Por tanto, cualquier persona que vote a un determinado partido sabe cómo va a ser su forma de gobernar, en caso de que gane las elecciones.
Ahora asociemos cada tipo de partido a un tipo de formación: a distancia, mixta y presencial. Aunque sean distintos tipos de formación todos tienen un mismo objetivo. Por ejemplo, para un determinado grado, independientemente del tipo de formación, tienen que alcanzar unas determinas competencias, habilidades y conocimientos. Sin embargo, la forma de alcanzar esos objetivos formativos es distinta.
Cada tipo de formación tiene su propio “programa electoral” conocido de antemano y que hay que seguir en caso de que “gobierne”, es decir, en caso de cursar una asignatura bajo el tipo de formación elegida.
La pandemia ha originado un cambio drástico en la formación académica: la formación presencial se ha interrumpido y ha pasado a ser formación a distancia con ayuda de las tecnologías.
La pregunta es ¿en qué tipo de formación encaja?
La situación actual es como si a mitad de una legislatura, en la que comenzó gobernando un partido de izquierdas, de repente pasara a gobernar un partido de derechas, pero con el programa de izquierdas. Evidentemente los nuevos diputados no estarán preparados para aplicar un programa distinto al suyo. Del mismo modo, el profesorado y alumnado que comenzó una formación presencial pasa a una formación a distancia, pero con un programa diseñado para formación presencial. Habrá profesorado y alumnado que no esté preparado para utilizar las tecnologías, actividades y procesos que se suelen utilizar en la formación a distancia.
Pero recuperemos el centro. Algunas personas pensarán que es una formación mixta, ya que tiene una parte presencial y otra a distancia. Esto sería lo mismo que afirmar que si cada mitad de una legislatura la gobierna un partido de signo opuesto, entonces se tiene un gobierno de centro.
Así pues, tenemos una situación completamente nueva para la que no estábamos preparados. Es cierto que nos hemos tenido que adaptar a una situación de emergencia, imprevista y con escaso tiempo para reaccionar. En esta situación se está haciendo lo que buenamente se puede para continuar con la formación. Pero lo que no tendría excusa es no estar preparados para cuando vuelva a surgir otra situación similar.
¿La solución para nuestro futuro sería establecer una nueva modalidad o una formación verdaderamente mixta?