La evaluación jamás debería basarse en juicios de valor
Author: Jordi Martí
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Nunca he podido con los docentes que priorizan su ideología frente a otras cuestiones en su labor profesional. No me cabe en la cabeza que, porque un alumno lleve una determinada bandera en su carpeta, vista de una determinada manera o, simplemente opine de forma diferente al que está impartiendo clase, se vea vejado e incluso evaluado mediante un juicio de valor que emite el docente en función de su ideología. Es por ello que no me cabe en la cabeza la evaluación según ideología, tal y como plantea esta docente.
Es profesora de Lengua y se plantea suspender, no por faltas de ortografía ni puntuación, ni por mala redacción. Simplemente se plantea suspender a una alumna porque está en las antípodas ideológicas de ella. Dice que no ve razonable aprobarla. Y, lo más curioso del asunto es que hay un nutrido grupo de docentes que están a favor de esa decisión y que creen que, por ideología debe aprobarse o suspenderse a un alumno. Joder, fascismo en estado puro. La libertad de expresión salta por los aires según la ideología de turno. Los docentes estamos para hacer nuestra labor profesional. Algo que no excluye poder referirnos, en ciertos momentos, a cuestiones políticas o contextuales, pero jamás podemos usar lo anterior para evaluar. Yo soy profesor de Tecnología y nunca se me ha pasado por la cabeza evaluar a los alumnos que tengo delante por su ideología. Ni tampoco por si me pintan o no una determinada bandera en los proyectos de taller que se presten a ello o por el partido político al cual son más afines.
La libertad de expresión no es exclusiva de los docentes. Y, siendo sinceros, todos hemos ido modelando nuestra ideología en función de los inputs recibidos aunque, en mi caso, he tenido la gran suerte de que ningún docente me haya suspendido por mi ideología. Ideología que, en ocasiones era diferente de la del que tenía delante y, en ocasiones, la misma. Es por ello que, ni en caso de coincidencia ni disidencia ideológica, quiero que nadie evalúe a nadie. Uno imparte Ciencias Sociales, Matemáticas, Lengua y Literatura, etc. No imparte valores. Bueno, hay una asignatura que se denomina como tal pero, sinceramente, ¿alguien os imagináis que un docente de esa asignatura, que precisamente consiste en explicar los valores éticos y morales, se dedicara a suspender a uno de sus alumnos por expresar una opinión diferente a la suya? La evaluación no debe basarse en lo que piensa el alumnado pero, visto lo visto, sigue habiendo demasiados docentes que, quizás en épocas anteriores hubieran sido los chivatos del régimen y que ahora, desde su situación de poder, se consideran con el derecho de decir qué deben pensar los que tienen delante.
Desterrar el fascismo de las aulas no es educar en la ideología de uno. Es permitir un debate abierto de opiniones e intentar, mediante palabras y argumentos sólidos, las razones por las que determinadas conductas no son buenas para el procomún. Otra cuestión es suspender a alguien o bajarle/subirle la nota según su ideología. Hacer lo anterior es formar parte de lo que se pretende desterrar.
No puedo con los docentes que se consideran por encima del bien y del mal. Menos aún prioricen sus juicios de valor frente a su profesionalidad.
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