Mochila TIC para docentes
Author: Jordi Martí
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Después del confinamiento, por suerte o por desgracia, ha saltado por los aires la inanición digital de algunos y no ha habido más remedio que asumir que, en pleno siglo XXI (ya llevamos unos cuantos años del siglo; un par de décadas más bien) no tiene sentido aislar el dominio de herramientas y la gestión de las mismas en el aula, de los propios saberes que queremos transmitir al alumnado. Además, seamos sinceros, la pandemia ha hecho que nos pille el toro y se ha visto que la formación docente en TIC desde el proyecto Escuela 2.0 ha dejado muchísimo que desear. A las pruebas me remito.
Estamos en un momento en el que algunos confunden estar certificado por la multinacional de la alcachofa, con ser un experto en gestión de aula o con tener competencia digital. No, a ver si queda claro de una vez: saber de una herramienta y certificarte por ella, no te hace experto en su uso. Imaginaos que uno esté certificado por Ikea, por haber comprado mucho ahí, y no tenga ni idea de cómo montar un mueble o cómo tomar las medidas previas antes de comprarlo. Creo que se me entiende la idea. Aún así, cada uno es libre de certificarse por lo que a uno le dé la gana. Solo faltaría. Cada uno dispone de su tiempo y alardea de lo que puede. Por cierto, hasta Nacho Vidal tiene un perfume con la forma de su miembro. Y usar ese perfume, uno sabe perfectamente, que no aumenta su capacidad erótico-festiva ni el tamaño de su sujetaaceitunas. Va, ya paro de símiles y me pongo con el objetivo del post. El enumerar algunas herramientas fantásticas para poder ser usadas en el aula. No, no miro si son software libre o no porque, al final, lo que me interesa en este post es decir cuáles son, a mi entender, las mejores que existen en la actualidad.
Empiezo por el correo electrónico que, en este caso, para usarlo habitualmente con el móvil elegiría Gmail pero que si quiero algo más profesional, con más prestaciones y con una aplicación de escritorio fantástica, me iría a Outlook. Sí, es de Microsoft. Microsoft y Apple están a años luz técnicamente de Google. Ya no digamos el truño de editor de texto online de Google frente a Office365. Por cierto, me sigo quedando con una suite ofimática de escritorio. Por cierto, antes LibreOffice que el editor de textos, antaño denominado Google Docs, integrado actualmente en Google Drive. Eso sí, con la limitación de no poder trabajar en un documento de forma colaborativa, pero para eso ya tenemos la alternativa de Microsoft.
Me he pasado del correo a la edición de textos. Añado, si me permitís, coadyuvándolo de manera un poco forzada, las dos herramientas imprescindibles para la creación de presentaciones: PowerPoint o Genially. Esta última, por cierto, está entrando muy bien en el mercado porque está funcionando muy bien y tiene múltiples prestaciones. Olvidaos, por cierto de una vez, del uso de Prezi. Ni en su momento era más que algo biodramínico que se usó por parte de muchos docentes porque se vendía en muchos cursos de formación y en Twitter. Slideshare para subir presentaciones hechas con otro programa y poder embeberlas en un blog o web ya no es lo que era. Y ya no digamos Scribd, que se ha convertido en una plataforma de pago. Sí, muchos servicios 2.0 están optando por convertirse en algo de pago. Incluso Google, para hacer caja, ha dicho que va a borraros los archivos si os pasáis del espacio que os ofrece e incluso ha dicho que las fotos de alta calidad ya van a ocupar espacio. A ver, cualquier empresa tiene el derecho a cambiaros las condiciones de uso. Más aún si usáis una versión gratuita. Lo gratis tiene esos riesgos.
Para hacer banners, pósters, logos y similares, yo lo tengo claro… Canva. Olvidaos de Glogster y otras cosillas que se usaban en el pleistoceno 2.0. Ahora sin bromas, si hay herramientas que mejoran a otras, lo lógico es usarlas. Eso sí, tampoco no innovéis porque algo sea nuevo. Lo importante es que sea útil y mejore prestaciones para el usuario. Es algo de sentido común. El sentido que, en muchas ocasiones, y especialmente en el uso de las TIC, les falla a demasiados.
Ya tenemos correo electrónico, documentos de texto, presentaciones, banners, pósters, logos, etc. Un bonito pack de herramientas. Me he dejado decir que si alguien debe hacer alguna hoja de cálculo, es indistinta cualquiera de las tres opciones más conocidas (Excel, Calc o Sheets). Y bases de datos, en realidad se usan bastante poco. Si debéis usarla, Access sí o sí.
Sigo si me permitís con el tema blogs y/o webs. Sin dudarlo WordPress. Y ya si lo montáis en un alojamiento propio o en un alojamiento que os suministre la administración, chapeau. Un WordPress con un editor visual (tipo Elementor, Beaver Builder, etc.) en cinco minutos te permite hacer algo que funcione bastante bien.
Me paso al cuaderno del profesor. Sin dudarlo iDoceo o Additio. El primero mucho más adecuado para ser usado con iOS. Ya sé que es un post desorganizado porque las ideas me van surgiendo sobre la marcha.
¿Herramientas de videoconferencia? Teams, Webex, Jitsi, Zoom o Meet, por orden de calidad de la videollamada y las prestaciones que ofrecen cada una de ellas. Eso sí, he de reconocer que Meet va mejorando poco a poco, porque ahora ha pasado de una herramienta de videoconferencia mediocre (previa al confinamiento) a una herramienta aceptable.
Finalmente, en el caso de repositorio de vídeos (los otros formatos en una carpeta en Google Drive o OneDrive; preferiblemente en el segundo) lo que está claro es que no hay alternativa válida al todopoderoso YouTube. Eso sí, para grabar videotutoriales recomiendo OBS (también para hacer vídeo en directo) o ScreenCast (si me preguntáis, me da igual el Screencastify o el Screencast-o-matic). Tenemos productos más caros y potentes como Filmora, pero ahí ya se nos va una pasta.
Seguro que me he dejado muchas herramientas para la mochila TIC en el tintero, pero no me lo tengáis en cuenta porque… ¡estoy de bridge!
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