Hay una forma muy sencilla de conocer la innovación educativa docente (también denominada innovación docente) transcurrida entre una fecha determinada y la fecha actual que ha experimentado una persona (sí cualquier persona)

Por ejemplo, ¿quiere conocer la innovación educativa desde hace 8 años hasta la fecha actual? Es fácil, responda a estas preguntas:

• ¿Su aula continúa teniendo la misma distribución de mesas del alumnado y profesorado? Si la respuesta es que es similar, entonces desde el punto de vista estructural no ha habido innovación. En este caso puede ir retrasando la fecha y llegar a 200 años atrás ¿es la misma distribución?
• ¿Utiliza las mismas metodologías para que se produzca aprendizaje? Si continúa realizando la lección magistral, prácticas, trabajos individuales y en grupo, exámenes sumativos, etc., de forma similar, entonces tampoco ha habido innovación en las metodologías educativas.
• ¿Transmite el conocimiento de forma similar? Esta pregunta no se refiere a renovar los contenidos, ni a digitalizarlos, sino a la forma de transmisión de los mismos. Si continúa utilizando solo el flujo de transmisión del conocimiento del profesorado al alumnado. Entonces tampoco ha habido innovación en la forma de transmitir contenidos.
• ¿Usa las mismas tecnologías? La respuesta a esta pregunta suele ser negativa y cuanto más amplia sea la línea del tiempo más cambios tecnológicos ha habido. Así pues, lo más probable es que esté utilizando innovaciones tecnológicas, pero esto no significa que esté utilizando innovación docente.  Para que una innovación tecnológica produzca innovación docente, esta debe repercutir o en la forma de transmitir el conocimiento, o en la adquisición del aprendizaje o en la distribución de las aulas.

Su respuesta está adaptada a su propia historia y esto no tiene por qué coincidir con la innovación docente que realmente ha ocurrido en ese periodo. Una cosa es que actualmente hay muchas innovaciones docentes y otra es que las haya utilizado.

Ahora imagínese que varios profesores y profesoras desean realizar una misma innovación docente en sus asignaturas. Aunque la meta sea la misma, cada persona partirá de un punto distinto (ya que las respuestas a las preguntas anteriores pueden ser distintas).

Esto explica la razón por la que realizar una misma innovación docente requiere esfuerzo, planificación y estrategias distintas para cada profesorado, dando la impresión de que el desarrollo de la innovación no tiene procesos que pueda aplicar todo el profesorado por igual.

En muchas ocasiones se intenta aplicar los procesos de la innovación industrial a la innovación docente. Es cierto que hay pautas comunes, pero también es cierto que la innovación docente tiene sus propias características, como lo que hemos visto. Así pues, la aplicación de cualquier método de innovación que no tenga en cuenta las características particulares de la innovación docente, sencillamente no funcionará.