Roser Argemí: “Los centros con menos demanda van acumulando perfiles sobre todo de origen inmigrante”
Author: Tiching
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Hoy entrevistamos a Roser Argemí, pedagoga y coordinadora del proyecto Magnet, para hablar sobre la segregación de los centros escolar. ¿Te lo vas a perder?¿Qué es la segregación escolar y cuáles son sus causas?
Entendemos que hay segregación cuando en un mismo territorio los centros tienen una distribución desigual de perfiles. Esto provoca que haya centros educativos cuyo perfil de alumnado no coincide con el entorno de su territorio por lo que algún perfil de población está sobre dimensionado. No estamos hablando de concentración solo, sino de desigualdad en los perfiles de los centros. El origen de la segregación lo podemos ubicar en una bajada de la natalidad y un aumento de la inmigración.
¿Qué sucede en ese momento?
Que algunos centros acusan alguna desventaja: desde edificios viejos, a equipamientos insuficientes, equipos directivos que no acaban de funcionar correctamente. Esto hace que las familias pierdan interés por esos centros y queden despoblados de solicitudes. Como tiene menos demanda van acumulando perfiles sobre todo de origen inmigrante. Esto, sumado a que después hubo un boom de natalidad que supuso escuelas de nueva creación, con lo goloso que supone. Las familias hacen apuestas muy claras por los nuevos centros. La consecuencia es el efecto huida de los centros desprestigiados.
¿Cómo son estos centros?
Son centros que acaban acumulando una cantidad de necesidades educativas especiales por aula que no le pertocan y que dificulta mucho el día a día.
¿Y los centros “favorecidos” como se configuran?
Esto es importante. Cuando hablamos de segregación escolar siempre pensamos en como proteger o transformar las escuelas que sufren la parte más negativa de este fenómeno, pero no tenemos en cuenta que los otros centros también son segregados, es decir: tampoco responden al perfil de su entorno. Ellos también tienen un perfil sobredimensionado que no se corresponde con la realidad social del entorno del alumno. Lo vemos, por ejemplo, cuando un territorio tiene un 20% de población migrada y hay centros que tienen un o% o un 2% de este perfil. La segregación es sistémica. Tenemos que pensar en políticas que también impliquen los centros “favorecidos”, que les tengan en cuenta.
¿Cuál es el objetivo del programa Magnet?
Magnet lo que busca es fortalecer los centros no deseados por las familias. Nuestro objetivo es cohesionar el claustro, hacemos una formación y un acompañamiento para dar un paso adelante en el proyecto educativo en la línea competencial que se pide hoy en día. También les damos soporte y formación en la comunicación, porque no solo se trata de hacerlo bien, sino también de explicar todo lo bien que hacen. El objetivo es que las familias que no quieren estos centros los vuelvan a contemplar como una opción para sus hijos.
El objetivo final es que los centros recuperen la diversidad de su zona, ni más ni menos.
Proponéis aplicar innovaciones educativas para lograr este objetivo. ¿En qué consisten?
Magnet parte de una alianza con una institución científica, artística, tecnológica, innovadora, etc. Les llamamos partners. A la institución les aporta la visibilización de la marca pero sobre todo es la excusa de hacer proyectos sociales y de despertar vocaciones.
A través de esta alianza, el claustro del centro y su partner trabajan conjuntamente de una forma interdisciplinar las competencias y el proyecto que van a desarrollar.
¿Cómo se buscan estos partners? ¿Qué criterios se establecen?
Primero seleccionamos los centros que tienen unos requisitos, entre ellos que el claustro esté de acuerdo en formar parte del programa. Cuando los centros se presentan a la convocatoria les pedimos que nos indiquen si tienen alguna institución con la que les gustaría trabajar o un eje sobre el que trabajar.
Siempre aconsejamos a los centros que sigan la línea en la que son más fuertes. Si han trabajado mucho el eje científico, reforzarlo con el partner, pero no ponerse más retos de los que ya tienen.
Y luego llega el momento de emparejar…
¡Hacer de celestinos no es fácil! Nos esforzamos en que sea un partner cercano, de proximidad. Pero hay partners que tienen ventajas y desventajas. Por ejemplo, con los museos en seguida conectamos porque tienen este lenguaje educativo, esta vocación de conocimiento que casa muy bien con los centros, pero les cuesta mucho salir de su programa pedagógico, pensar nuevas propuestas y hacer algo novedoso con el centro apadrinado. Lo interesante es que entre la escuela y el partner pasen cosas especiales, motivadoras para las dos partes. Nadie puede inventar esto desde un despacho… va sucediendo.
¿Qué dificultades encuentran estas “parejas”?
Casi siempre hay un freno que, por suerte, se salva rápidamente. Los docentes reconocen en los profesionales de las instituciones “expertos” en temas muy concretos y no saben cómo hacer su aportación. Es importante que todos tengan claro que unos son expertos en un tema, y los otros son expertos en educación, y que de esa mezcla salen proyectos súper interesantes.
¿Nos puedes destacar alguno?
¡Podría destacar mil! Pero, por ejemplo, hay uno que empezó con un inventario y terminó con un proyecto arquitectónico. El Instituto del Ter de Manlleu tiene una alianza con el Museo del Ter. A raíz de una donación que hizo un espartero los alumnos del instituto hicieron el censo de la espartería, y esto les llevó a hacer una investigación en el ámbito de la historia de la espartería. Esto provocó conocimientos a nivel historiográficos, pero también aprendieron mucho sobre las fibras naturales del río con las que se hace el esparto. Y a raíz de este aprendizaje decidieron hacer “algo” que fuera útil para el instituto.
¿Y cómo concluyó?
Después de muchos proyectos presentados por los alumnos, entre todos escogieron el de levantar una pérgola para el patio puesto que de la calle hasta el instituto hay que cruzar por un patio que es como un descampado. Tuvieron que hacer el proyecto y ejecutarlo. Fue un trabajo muy complejo y completo en el que se hibridaron muchas áreas competenciales y a la vez de valores y actitudes de diálogo y acuerdo.
Y además de ganar la pérgola, ¿Qué otro beneficio obtuvo este instituto?
Cuando inauguramos la “obra” invitamos a la tele y a medios de comunicación locales y hicieron una gran difusión. Esto sirvió para que muchas familias conocieran este proyecto y, efectivamente produjo el tan esperado aumento de interés y de inscripciones en el centro.
¿Qué papel tienen las familias en estas alianzas?
Las familias son imprescindibles. Lo primero que trabajamos es precisamente con las familias del propio centro para que sean ellas las transmisoras de discurso, las que ayuden a cambiar la percepción del centro. Cuando los padres conocen otros padres que están contentos con un centro, el efecto confianza es inmediato.
Cuando un centro está inmerso en un proyecto Magnet sí que vemos que aumenta el nivel de afluencia a las puertas abiertas.
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