La herramienta de videoconferencia

En la actualidad existen múltiples software de videoconferencia como Skype, Google Hangouts, Facetime o Adobe Connect que nos permiten comunicarnos de una forma cómoda, sencilla y, sobre todo, inmediata a través de Internet. Estas herramientas comunicativas, preparadas para transmitir imagen y sonido, se han vuelto indispensables en ámbitos como la enseñanza online o semipresencial.

Dentro del Aula Virtual de la Universidad Rey Juan Carlos tenemos a nuestra disposición Blackboard Collaborate Ultra, potente plataforma de conferencias web especialmente diseñada para el entorno educativo, que nos permitirá interactuar con nuestros alumnos, compartir documentos, aplicaciones, y grabar nuestras clases para generar contenidos educativos audiovisuales.

Si todavía no la conoces, en el siguiente vídeo encontrarás un breve tutorial básico de uso:

Para una mayor información sobre Blackboard Collaborate Ultra, inscríbete al “Curso de tutorización y docencia mediante videoconferencia” del Itinerario formativo en docencia semipresencial y a distancia.

¿Preparado para realizar tu videoconferencia? En los siguientes apartados encontrarás las técnicas básicas de grabación, lenguaje audiovisual, iluminación o actuación en cámara para que, de forma sencilla, rápida y eficiente, puedas generar materiales audiovisuales o emitir en directo en tus asignaturas.

¡Comenzamos!

Dispositivo de grabación

El principal objetivo de una videoconferencia es comunicar un mensaje, transmitir una información, y para lograrlo debemos utilizar un correcto lenguaje audiovisual y conocer el manejo del dispositivo de grabación que vayamos a utilizar.

En la actualidad, la tecnología ha evolucionado haciendo que ya no sea necesario contar con un gran presupuesto para producir vídeos de gran calidad (incluso nuestros propios teléfonos móviles son capaces de grabar en formato HD).

En la era YouTube, generar contenido nunca fue tan accesible y democratizado, a la par que exigente y estudiado por sus creadores. Por lo tanto, estar al corriente de las tendencias existentes y conocer la tecnología necesaria para mejorar nuestras grabaciones es un punto esencial que trataremos en este primer bloque.Saber dominar estas dos áreas y los factores externos (acústica e iluminación del espacio, por ejemplo) será imprescindible para obtener un resultado satisfactorio.

Lo primero será decidir qué cámara utilizaremos, pero ¿qué factores influyen es esta decisión? Necesitamos un dispositivo que capture vídeo y audio (en el caso de las videoconferencias habitualmente una webcam) y que nos permitirá enviar un mensaje a un receptor en directo (mediante una conexión a Internet). 

Tendremos dos opciones:

• Cámara interna: presente en portátiles, móviles, tabletas… por lo que ofrece la gran ventaja de incluir en un único dispositivo todo lo necesario para realizar la videoconferencia. En la actualidad permiten grabar con una alta calidad, son fáciles de usar (prácticamente automáticas), no requieren ajustes o configuraciones previas y siempre las tendremos disponibles.

• Cámara externa: videocámaras, cámaras réflex o DSLR, GoPro, etc. con capacidad de grabación en HD de mayor calidad que las anteriores, pero con el inconveniente de necesitar otro dispositivo externo, como un ordenador, para poder conectarse a internet, además de unos mayores conocimientos técnicos para su manejo.

Al tratarse de una videoconferencia, la rapidez de retransmisión en directo y la facilidad de uso son unas características decisivas al elegir el equipo a utilizar. Por tanto, además de una cámara para la grabación, necesitaremos un dispositivo con conexión a Internet: ordenadores de sobremesa, portátiles, tablets, smartphones y derivados. 

Independientemente de la cámara que elijamos, ¿qué hará que la calidad técnica de nuestro vídeo mejore? Principalmente:

Imagen

Para una correcta retransmisión de contenido — además de una óptima conexión a Internet para evitar cortes molestos en el envío de imágenes — es importante que el software de estos dispositivos permita la grabación y creación de vídeo en calidad óptima, lo que conocemos como HD (‘high definition’).

La resolución adecuada se correspondería a un tamaño de 1280x720p, lo que conocemos como HD, y si existe la posibilidad y nuestra conexión a Internet nos lo permite, 1920x1080p, lo que conocemos como FullHD.

Las cámaras comprimen el vídeo grabado para ahorrar espacio utilizando un sistema de compresión conocido como códec. Pese a que hoy en día ya no existen problemas de compatibilidad entre códec y ordenadores, asegúrate de utilizar la máxima calidad posible en tu dispositivo.

En muchas ocasiones, es probable que queramos grabar nuestras videoconferencias para más tarde poder volver a verlas o editarlas. Precisamente para esto último, el formato recomendado es el de MPEG-4 (.mp4) o película Quicktime (.mov). Estos realizan una codificación de vídeo y audio óptima para su correcta modificación en programas de edición no lineal como Camtasia, Adobe Premiere o Final Cut sin pérdida de calidad.

Sonido

Como mencionamos anteriormente, el sonido es fundamental. Es el elemento en el que debemos poner un mayor cuidado, ya que si los alumnos no son capaces de escuchar lo que tratamos de contar la videoconferencia no habrá servido para nada.

La calidad del micrófono interno del dispositivo utilizado suele ser baja (especialmente en portátiles y ordenadores de mesa), por lo que el uso de herramientas de carácter externo, como micrófonos de mesa, son un complemento que favorece una mejor captación de sonido.

Existen diferentes tipos de micrófono: de diadema, de solapa, de mesa y de mano. Al ser una videoconferencia en la que probablemente estés sentado, los micrófonos de mesa, de mano y de diadema serán las mejores opciones.

La distancia respecto al micrófono influye en el volumen. Para ello, evitaremos colocarnos a menos de un palmo de distancia y controlaremos que los índices de volumen no alcancen niveles máximos, señalizados habitualmente en color rojo en las barras de audio del software de videconferencia o grabación. 

Además del micrófono, la elección del espacio es un punto esencial. Evita lugares próximos a zonas de tráfico denso, ya sea de gente o de automóviles. Un espacio tranquilo, en silencio y con la menor posibilidad de interrupción es el ideal para realizar una videoconferencia.

Por último, recuerda realizar una prueba antes de que comience la videoconferencia y comprueba que todo se escucha (y se ve) de la mejor manera posible. Así evitarás posibles problemas y momentos incómodos iniciales.

A la hora de entablar una conversación (y digital, más si cabe) es necesario generar una sensación de confianza y cercanía con el receptor. En este bloque veremos cómo enfatizar esta conexión con los alumnos mediante el uso correcto del encuadre. Para ello, trataremos dos conceptos fundamentales: el tamaño del plano y la composición.

Tamaño del plano

El plano más utilizado en comunicaciones a través de internet es el primer plano. Éste muestra al sujeto de la cabeza a los hombros, por lo que se trata de un encuadre muy informativo y expresivo, donde la expresión no verbal tiene gran relevancia, focalizando la atención en el rostro y mostrando muchos detalles faciales.  Además, presenta otras ventajas adicionales que hacen que sea el más habitual en este tipo de vídeos:

• Facilita una correcta visualización del sujeto en dispositivos pequeños como móviles o tabletas.

• Permite una postura cómoda delante del monitor u ordenador portátil durante la grabación.

• Focaliza la atención en el sujeto y no en el fondo, evitando distracciones mostrando en plano información no necesaria.

En algunos casos, podremos optar por un plano medio (desde la cabeza a la cintura), en el que complementemos la comunicación con el movimiento de manos y brazos. Una buena expresión corporal favorece la comprensión del mensaje y la credibilidad del sujeto.

Composición

Antes de comenzar la videoconferencia o la grabación, debemos pensar qué queremos que aparezca en el plano, cómo vamos a colocarnos, en qué habitación, etc. ya que afectará a la posición del ordenador.

Para evitar ángulos poco favorecedores, situaremos la cámara a la altura de los ojos, siempre que sea posible. En el caso de un ordenador portátil intentaremos elevarlo situándolo sobre algún soporte como cajas, libros, etc.

De este modo conseguiremos además una correcta reinterpretación por parte del usuario. Es importante que el emisor del mensaje mire de frente al receptor, en una posición frontal que simule un cruce de miradas.

A la hora de colocarse frente a cámara, debemos cuidar que el encuadre no corte ningún elemento esencial del sujeto, como por ejemplo, parte de la cabeza. Es importante poder visualizar los hombros y la totalidad del rostro.

Y por último, sólo falta colocar la cámara para componer el plano, dejando poco aire en la parte superior del plano (espacio que va del sujeto al límite superior del cuadro).

Para una correcta grabación, ya sea mediante una webcam o un dispositivo externo, es fundamental conocer cómo iluminar la habitación correctamente. Gracias a unos sencillos trucos y consejos, podrás mejorar notablemente el aspecto de tu videoconferencia.

Lo primero que debemos hacer es analizar qué tipo de luz tenemos en la habitación: natural o artificial.

Iluminación natural

Siempre que podamos, es una buena idea utilizar una fuente de luz natural como el sol. Si tenemos cerca una ventana, podremos situarnos próximos a ella, poniendo especial cuidado en la cantidad de luz que entra en la habitación. Un exceso de iluminación es tan negativo como la falta de ella. Por tanto, no debemos colocarnos demasiado cerca de la ventana, especialmente en las horas en las que el sol brilla con más intensidad, evitando siempre que incida directamente sobre nosotros: nos producirá molestias y además provocará que la imagen aparezca ‘quemada’ (sobreexpuesta), excesivamente iluminada.

Para un mayor control de la luz del sol, podemos ayudarnos mediante el uso de reflectores. Estos harán que la luz rebote, iluminando las partes más oscuras. Cualquier superficie lisa y blanca puede actuar como reflector (una plancha de porexpan, una cartulina blanca, etc.).

Iluminación artificial

Diferenciaremos distintos tipos de lámparas por su ubicación: de techo, de pie, de mesa, etc.; por el tipo de bombilla: incandescente, LED o fluorescente; y por el tipo de luz que desprende: dura o difusa.

Distintos tipos de bombilla

Ubicación: en cualquier tipo de grabación se recomienda evitar el uso lámparas cenitales, como las de techo, ya que provocarán muchas sombras en nuestra cara, en especial, debajo de los ojos, y no resultan nada favorecedoras. Por tanto, lo ideal sería utilizar como luz principal una lámpara de mesa que podamos mover según nuestras necesidades.

Tipo de bombilla: debemos evitar las fluorescentes ya que suelen provocar tonos verdosos en la imagen y flickeo (o ‘efecto parpadeo’), es decir, barras oscuras moviéndose sobre la imagen.

Otro elemento a tener en cuenta es el color de las bombillas, éstas pueden ser cálidas o frías. Este dato, conocido como temperatura de color, vendrá indicado en la caja o en la propia bombilla y es medida en grados Kelvin.

Por ejemplo, la luz del sol produce una temperatura de unos 5000 ºK, una bombilla incandescente 2800 ºK y los LED o los fluorescentes pueden variar entre los 2800 (luz cálida) y los 5000 (luz fría).

Se recomienda no mezclar distintas temperaturas, ya que se producirá un efecto extraño sobre la imagen captada por la cámara.

Por otro lado, también debemos tener en cuenta el color de la pantalla de la lámpara, si ésta produce dominantes de color muy acusadas (rojiza, azulada, verdosa…) deberemos evitarla.

En relación también con la forma de la lámpara y su pantalla, encontraremos dos tipos de luz: dura o difusa. La luz dura es directa, provoca sombras muy oscuras y marcadas y no resulta favorecedora en los rostros. Por ejemplo: una lámpara de escritorio. Al contrario, la luz difusa o suave suele ser indirecta o estar difuminada mediante el uso de elementos como cajas de luz, paraguas o, en el caso doméstico, pantallas de lámpara. Por ejemplo: lámpara con pantalla, lámpara con iluminación indirecta dirigida al techo.

La luz del sol también puede ser dura o difusa, dependiendo de la hora del día y de las nubes. En el amanecer y el atardecer será difusa, mientras que en las horas centrales del día será muy intensa y dura. En un día nublado tendremos una luz ideal, ya que al rebotar en ellas, harán que se disperse y sea más difusa.

Comunicación no verbal

Es importante mantener una postura cómoda y natural delante del ordenador, manteniéndonos erguidos y frontales a la cámara.

Para una mayor interacción con los alumnos, siempre que sea posible, debemos intentar mirar al objetivo y no fijar la mirada en la pantalla del ordenador, o desviarla fuera de plano.Al tratarse de un plano muy cerrado, es importante controlar la gesticulación de manos y ojos, intentando reducir ésta al mínimo. Cualquier movimiento se magnificará al ser captado por la cámara.

Es muy importante evitar gestos nerviosos como rascarse o jugar con el pelo.

En cuanto al vestuario, se recomienda: 

• Utilizar una vestimenta apropiada y significativa, cuidando siempre nuestra apariencia.

• Los colores vivos son los que mejor quedan en cámara.

• Deberemos evitar estampados de cuadros o líneas muy pequeños para evitar el molesto efecto ‘moiré’.

Comunicación verbal

Antes de iniciar la videoconferencia, si nunca hemos realizado una, será de gran ayuda realizar un ensayo. De este modo, nos familiarizaremos con la herramienta y detectaremos posibles complicaciones que puedan surgir cuando estemos dando la clase.

Nuestra dicción y entonación deben ser lo más claros posible, utilizando un lenguaje sencillo y directo: nuestros alumnos nos están viendo o escuchando, no leyendo. Al igual que haríamos en una clase presencial, debemos adecuar el ritmo-velocidad a los temas y a los alumnos, para no perder su atención y asegurarnos de que pueden seguir la clase correctamente.

Y, por último, antes de iniciar nuestra videoconferencia, elegiremos el espacio donde vamos a grabar. Buscaremos un fondo neutro y ordenado, con pocos elementos, evitando que los objetos distraigan la atención del alumno.

Siempre que sea posible, debemos evitar situarnos muy cerca o pegados a una pared: además de ser poco atractivo, provocará sombras. Al separarnos, conseguiremos menos profundidad de campo, es decir, que el fondo esté desenfocado, centrando la atención sobre nosotros.

Como hemos visto en el apartado de iluminación, un elemento importante a tener en cuenta a la hora de colocarnos antes de iniciar la videoconferencia son las ventanas. Éstas son difíciles de controlar, ya que la luz que llega a través de ellas puede variar rápidamente y provocar que parte del plano aparezca ‘quemado’ o incluso un contraluz.

Además de cuidar que el espacio sea silencioso, como vimos en el apartado de grabación, es recomendable buscar un fondo significativo, un entorno que aporte, que transmita información al vídeo (ya sea estética o narrativamente). El fondo es un elemento comunicador más a nuestra disposición y debemos elegir qué queremos que comunique.

El color dominante debe ser diferente al sujeto. Por ejemplo, no iremos vestidos de blanco si vamos a grabar nuestro vídeo en una habitación con una pared blanca.