Afrontar el futuro sin prescindir del pasado
Author: Jordi Martí
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Debo reconocer que haberme quitado el lastre de determinados personajes, que interactuaban conmigo en mi antigua cuenta de Twitter, me ha supuesto un desahogo considerable. Vivo muchísimo más feliz sin tantos ataques ad hominem y, aún así, no hay día en el que no eche de menos la posibilidad de montar algún pifostio en las redes sociales o, simplemente de tener un mayor feedback en todo lo que escribo. Es por eso que, en ocasiones me planteo si estoy preparado para “volver”. O, tal vez, si he evolucionado, sin prescindir del pasado, pero con otro enfoque de mi relación con personas que están al otro lado de la pantalla. Es algo realmente complejo porque, la verdad es que me lo pasaba bien con mi antigua cuenta. Más aún al ver como algunos se enfurecían por cuatro chorradas o por ver que les cuestionabas el chiringuito.
Nunca he prescindido ni voy a prescindir de mi pasado. Estoy orgulloso de él, al igual que estoy orgulloso de mi presente (personal y profesional) y voy a estar orgulloso de mi futuro. Si uno no se siente orgulloso del momento en el que está, de lo que hace o, simplemente, se cuestiona en todo momento que debería salir de su zona de confort, es que no ha llegado a su zona de confort. Y por eso lo intenta. Algo que no me parece mal pero, que uno esté incómodo donde está no significa que los demás estemos incómodos donde estamos. Creo que me explico bastante bien. Si no es así, lo siento. No sé explicarme mejor.
He abandonado la horchata (¡volveré a la droga!). He prescindido de algún tabú, de esos que era totalmente estúpido tener. Veo, más allá del cortoplacismo de algunos o de determinadas decisiones puntuales, que tengo una línea que debo seguir. Incluso me estoy planteando, para disfrute propio, volver a engancharme a los videojuegos. Bueno, engancharme quizás no sea la palabra. Me quedé en la PS2, así que ya veis si tengo que ponerme las pilas en el asunto. Más aún cuando ya van por la cinco. Y mi presupuesto es, para hobbies de este tipo, muy restringido. A menos de que publique un tercer libro sobre educación lo veo jodido.
No sé hasta qué punto puedo decir que soy feliz pero, al menos cada vez me importa menos lo que piensen terceros. Me importa más hacer bien las cosas en las que estoy metido y dejar del ataque a determinados especímenes porque, al final, ni en pandemia ni fuera de ella, van a tener nada que ver conmigo o con nadie de los que me rodean. Algo que he conseguido con un pasado del que no me arrepiento porque, si fuera así, tendría un problema. Quizás de lo único que me puedo llegar a arrepentir es …. (lo dejo por estar en horario infantil).
El pasado que he vivido espero, como mínimo que sea igual de bueno que el presente mirado desde el futuro. Y espero, como muchos, olvidarme de ciertas cosas porque, al final, conviene quedarse con lo bueno de las cosas incluso que, en días como hoy (de la salud para algunos que deberían ser asesinados por decirlo) la situación sea compleja. Un abrazo y felices fiestas a todos lo que os dedicáis (o no) a la educación.
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