Innovación y Barbarie(Cápsula 5.4) Glocalización ontológica
Author: Alejandro Piscitelli
Go to Source
Nota Bene Esta cápsula como todas las anteriores ha sido redactada en forma conjunta por quien suscribe y Julito Alonso, coautor de esta obra compartida
Aprender en el lugar, del lugar y para el lugar.
Oscilamos entre extremos. Aplaudimos o denostamos la globalización, pero lo mismo hacemos con los nacionalismos y provincialismos. Ejercitamos sin descanso el dualismo y nos fascinamos alternativamente por un endiosamiento de nuestra tierra o por una fluidez sin fin que nos convierte en ciudadanos planetarios. Pero lo que más cuesta es articular los extremos, enraizar el vuelo, sentirnos cómodos tanto en el estado sólido como en el líquido, declararnos ciudadanos multiculturales con bases nacionales.
Pedagógicamente de lo que se trata es de hacer uso tanto de los espacios cerrados como de los abiertos, del in between y de los deslizamientos. Porque este libro versa, necesariamente, sobre el aprendizaje, liberado del lugar y sin embargo arraigado en él. Debemos hacernos cargo de nuestras elecciones y modificar en profundidad las bases de la confianza que abandonar a las instituciones y recalaron en las interacciones digitales.
Porque encarnamos diversas identidades, debemos aceptar su contradictoriedad. Migramos de la globalidad abstracta a redes concretizadas. Lo glocal se convierte en un localizador híbrido y la ciencia-ficción (en particular en su versión Black Mirror) muestra los peligros que amenazan nuestra identidad individual y social al carecer de categorías fluidas y mutantes para pensar el presente y diseñar el futuro.
5.4.1 Hacernos cargo de nuestras elecciones
En la diversidad está el gusto. Aprender a valorar la diversidad es aprender a vivir en comunidad. Pero cuán difícil es formar parte de una comunidad sin confrontar con otras. El gran Spinoza (198?) decía que toda determinación es una negación. Elegir algo es des-elegir el resto. Elegir nuestra identidad es renunciar a la ajena, aunque no necesariamente ni en forma totalitaria. Probablemente las identidades más fuertes sean las mixtas, las imbricadas, las metecas (Gruzinksi, 2000), las que combinan lo bueno nuestro con lo bueno ajeno, las que renuncian a lo malo nuestro y a lo malo ajeno.
La madre de toda comunidad posible es la confianza. En nosotros y en los otros. La confianza como cualquier otra inclinación o deseo humanos tiene una intrincada historia de idas y vueltas. Hubo varios tipos de confianza en la historia, alguno ya no existen, otros persisten y ya vemos nuevos emergiendo en el horizonte (local, institucional, horizontal).
Cuando éramos muchos menos (la población no había llegado al primer mil millón) florecieron decenas de comunidades, que durantes decenas de miles de años no sobrepasaban las 150 personas (números de Dunbar, 2011)). Después aparecieron las ciudades estados, los imperios, las polis y las megalópolis.
En esas épocas reinaba la confianza en los pequeños grupos. Cuando creamos a las ciudades (no podíamos administrar la confianza en los pequeños grupos, se hacía de a pares o por parentesco) se erigen las instituciones que lentamente irán erosionando la confianza puesta en ellas. A partir de las comunidades en red y de la vida digital, esa desconfianza institucional se trocó en un tipo de confianza más personal pero distribuida y extendida (extraños en red en plataformas)
Lo glocal, todos somos parte de las familias analógicas y digitales, y esas personas deben actuar acorde a ese ser distribuído. Con la mutación de la confianza, ya no sólo aprendemos en escuelas y en universidades. Aprendemos en todo momento y en todo lugar. Nuestro ámbito de incidencia ya no es más nuestro espacio inmediato, sino que lo es el mundo todo. Los refugiados (casi 300 millones en 2019) y los viajeros internacionales (mas de 1200 millones) son muestra de esto.
Entonces una de las primera preguntas a hacernos debería ser: ¿cómo confiar?
5.4.2 Confianza
El consumo colaborativo se vuelve exponencial a comienzos de la década 2010 con la aparición de aplicaciones que, además de conectar a las personas, les permiten trabajar, influir y por sobre todas las cosas, confiar en los otros transacción internet mediante. ¿Cuántas veces escucharon o dudaron sobre poner los datos de una tarjeta de crédito en un sitio web? Si no confiamos en entidades bancarias de las cuales depende nuestra subsistencia, ¿cómo confiar entonces en los extraños?
Botsman (2016) explora las posibilidades de este consumo colaborativo a través del caso de Airbnb, la aplicación que nos permite alquilar cualquier espacio que se tenga disponible para un visitante/usuario de cualquiera de los 192 países que lo utilizan. La clave, para Botsman, están en la reputación como capital. El cambio de 2008 a 2010 en París del uso de esta aplicación es asombroso. De 40 unidades de alquiler, se pasó a que en todas las calles de París haya al menos alguien que alquile su cuarto para generar dinero o ahorrar.
Y si bien en su charla TED Botsman muestra que estas iniciativas dieron lugar a la aparición de los microemprendedores, palabra que da lugar a uso y abuso por parte de dueños de aplicaciones dentro de las economías de plataforma como Rappi o Glovo (Srnicek, 2018), o a propuestas disparatadas como las de Andy Freire (ex-ministro de modernización de la ciudad de Buenos Aires), sugiriendo alquilar el fondo de nuestra casa o un sillón que “no usamos”; los mercados de consumo colaborativo como Airbnbe están sujetos al uso de la tecnología para generar un tipo de confianza entre desconocidos por fuera del ámbito territorial de la confianza institucional (las ferias o los trueques ya tienen estas características) Primavera, 2018).
Pero también podemos hablar de infraestructura y del uso de la tecnología Blockchain como arquitectura de confianza (Tapscott, 2013; Gilder, 2019). Construido bajo software de código abierto y con características descentralizadas que permiten a cualquier persona (con conocimientos de la tecnología) participar en diferentes transacciones vía web.
Conectarnos con extraños será, por ahora, la última frontera que hemos traspasado en vías de crear mercados de nicho en base a las personas. Usar internet hoy es un signo de confianza. El cara a cara enfrenta un proceso devaluativo, o se transformará en algo de culto. El siglo XX inventó las tarjetas del crédito (Williams, 2004). El crédito masivo transaccional cambió nuestra forma de consumo y controló los accesos. En el siglo XXI las redes que sostienen los sistemas de reputación serán las que nos obliguen a pensar de manera distinta al mercado, el poder, las identidades personales. (Botsman, 2016)
5.4.3 Múltiples identidades
¿Cómo se conforma nuestra identidad cultural? ¿Qué coeficiente de esas identidades está determinada por el trabajo?, ¿por el pasado, por el futuro? ¿Qué experiencia, de todas las que presenciamos, es la menos explorada, y que damos por sentada? Para Robert Levine (????) es el tiempo, y la misma es la razón por la cual nuestro sentido de desorientación aparece con fuerza a la hora de adaptarnos a otra ciudad o cultura.
En algunos lugares llegar tarde es aceptable, en otros el sentido del largo plazo (como en Japón) es totalmente opuesto a lo que vivimos en Occidente. El tamaño de la población puede afectar incluso los tiempos de traslado o de la vida de una comunidad. ¿Cuál es el tiempo del hombre y cuál el de la naturaleza? ¿Son el reloj, el sol, las estaciones o directamente lo que acontece, los que determinan nuestro sntido del tiempo?
Levine se pregunta, ¿cómo utilizamos nuestro tiempo? ¿cómo nos gobierna?, a su vez declara, ¿es posible crear una sociedad multitemporal? Cada uno de nosotros debe trazar su propia geografía del tiempo. Si podemos hacerlo, habremos alcanzado la prosperidad temporal (aunque sea por umn rato).
Para Mumford (1968), efectivamente la traducción del tiempo en un dispositivo tan acabado como es el reloj, representa a la máquina clave de la modernidad, y conforma el corazón de una ciudad. Es, también, la razón de la preparación cultural en torno a la división del trabajo. En Técnica y civilización, Mumford muestra como el desarrollo del capitalismo devino de la mano del tiempo en relación a los hábitos y cálculos de las vidas de la gente en la ciudad. ¿Cuánto ganamos y cuánto perdemos? ¿Qué tiempo tenemos para realizar lo que queremos y cuándo más podemos “optimizar” en términos de ganancias? ¿Valoramos la vida en términos de segundos?
El paroxismo de la contabilización de la vida está representado en la insólita pelicula El Precio del Mañana (In Time) de Andrew Nicol (2011) , en donde el tiempo es dinero pero simultáneamente es tiempo de vida. Si no conseguimos mas tiempo morimos no importa nuestra edad cronológica (por otra parte subvertida por la posiblidad que tienen los estratos mas pudientes de comprar juventud)
5.4.4 De la TEDglobal al TEDred
Nuestra dieta cognitiva se nutre de ciertas comidas meméticas privilegiadas entre las cuales descollan las conferencias TED en sus versiones Global, TEDx y Ed. En el caso de la TED global, hay un scouting de speakers a nivel mundial, que se traduce en un evento que convoca a 40 personalidades divididas en tres (a veces 5) días con disertaciones que generalmente no se repiten y son excepcionales.
No sucede lo mismo con los TEDx y menos con sus versiones locales mínimas como (Youth, Mujer, etc.) donde el nivel es en ocasiones hasta oportunista. ¿El formato está agotado? ¿No hay tanta gente interesante en el mundo como para contentar a una demanda cada vez más masiva? ¿Podríamos imaginar otros formatos más distribuidos como los conciertos en simultáneo, combinando presencia y virtualidad? ¿Habría lugar para un TEDred?
La principal característica de estas charlas es el tiempo límite para cada expositor (18 min.) y sea cual fuera la fundamentación científica (y emocional) del formato TED, lo cierto es que ha generado un nuevo normal comunicacional en relación a las presentaciones orales. Pasó mucha agua bajo el puente,desde las míticas conferencias de Monterrey en 1984, que comenzaron costando U$ 2.000 por persona y se convirtieron en auténticos Woodstock para pudientes (trasladadas primero a Long Beach y en 2014 a Vancouver, Canadá) devinieron un circo (du Soleil) mundial, con versiones europeas y hasta latinoamericanas como el primer TEDGlobal en Río de Janeiro en 2014.
La mutación fundamental del formato fue la iniciación de la licencia TEDx en 2009. Porque ya no se trató de una difusión del producto sino de su propia producción. El TED Global no puede, sin perder calidad y exclusividad tener más de una o dos sesiones anuales. El TEDx no tiene límites. El resultado ha sido impresionante. En solo 8 años ha habido 50.000 eventos TED y actualmente se realizan más de 8 por día en el mundo. Paralelamente la filmación de muchas de estas sesiones (hay unas 6500 charlas grabadas) ha cambiado (sin que aún nos anoticiemos) no solo la reputación y visibilidad de muchos notables actores, sino sobretodo la capacidad de difundir causas y mostrar relaciones entre fenómenos variadisimos, que hasta la aparición del formato masivo quedaban encerrados en cenáculos, cofradías y capillas.
La próxima mutación estará (o debería estar) en relación a la conexión de estos eventos. ¿Cómo lograr que estos conocimientos disertados y certificados por las licencias TED sean conocidos en toda la comunidad? La nueva plataforma TED debería poder ingresar propuestas de los usuarios y con ello permitir que otros armen TED’s a la carta? La tecnología 5G ha demostrado en el Mobile Congress de Barcelona del 2019 que dos personas pueden tocar un instrumento de manera simultánea estando lejos uno del otro.
¿Podremos hacer algo similar con las charlas pero en varios puntos del mundo? ¿Podríamos extender esta simultaneidad a otros espacios educativos? Lo local es parroquial. Lo global es ecuménico. Ninguno de los dos nos alcanza en el aquí y ahora. Por eso imaginamos, y debemos diseñar experiencias glocales.
5.4.5 Glocal: todo momento y todo lugar.
Asumirnos glocales implica una serie de desafíos (sumado a agregar un concepto más a la lista de palabras clave como globalización, mundialización, asiatización etc.), donde interpretar las realidades globales nos da nuevas herramientas para enfrentar los conflictos locales. Y viceversa. Efectivamente estos conceptos posmodernos donde todo esté por construirseno hacen mas que consolidar el entorno VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), en el que nos toca vivir
IMAGEN VUCA.
Ni la prospectiva,ni los estudios del futuro, ni los escenarios probables nos garantizan seguridad cuando la realidad está en constante mutación. Por esta razón, si bien en general la ciencia-ficción nos permite retratar mejor al presente que al futuro, este género nos brinda un lugar donde anclar la realidad en términos de lo real-por-hacer. De Julio Verne, pasando por Ray Bradbury, llegando al perceptivo Charlie Brooker, creador de Black Mirror y al multifacético J.J.Abrams, nos parece oportuno mencionar algunas de las dimensiones más distópicas y preocupantes de lo tecnoglobal.
Es necesario explorar y tratar los siguientes episodios de Black MIrror (si pudiéramos todos) como parte del canon de la ciencia ficción de los próximos 20 años (esperamos que no sean menos):
Fifteen Million Merits (S01E02) un mundo donde se vive encapsulados en un show de talentos que encarna la frase de Andy Warhol “En el futuro, todos serán famosos por 15 minutos” aunque no mencionara que para alcanzar esos minutos deberíamos realizar ejercicios diarios dentro de un sistema de premiación, similar a lo que se condensó en Nosedive (S06E01) que muestra una sociedad valorada y medida en términos funcionales a una gran red social que abarca cada aspecto de nuestra vida y que permite, entre varias cosas, determinar la casta a la que pertenece cada usuario. Algo que en la vida real se esta implementado en China con el Social Credit.
En términos de la información acumulada The Entire History of You (S01E03) nos muestra la posibilidad de contar con dispositivos para grabar todo lo que sucede en nuestras vidas y volver a recordar a medida. Como vimos en apartados anteriores, memorizar no es lo mismo que recordar y en este episodio queda a claras las consecuencias. En conexión el siguiente episodio es Be Right Back (S01E04) que da cuenta del horizonte donde un sistema de inteligencia artificial recopila todos los datos de la historia de una persona para volcarlos en otra y que eesta pueda emular todos los recuerdos.
Ray Bradbury decía que antes que predecir el futuro, deseaba prevenirlo, e incluso de ser posible construirlo. Predecirlo es lo más fácil. Por eso reafirmamos que las ideas son fáciles, la realización es todo (Doerr, 2018). En cada una de estas cápsulas que forman el libro buscamos no sólo brindar ideas, también buscamos ayudar a construirlo. No estamos tan lejos de lograrlo.
Referencias
Brooker, Charlie Entrevista 2019
Botsman Rachel What’s mine is yours, 2010
Botsman Rachel “Who Can You Trust”, 2016
Doerr, John Measuring what matters
Dunbar, Robin How Many Friends Does One Person Need?: Dunbar’s Number and Other Evolutionary Quirks. 2011
Gilder, George The end of Google 2019
Gruzinksi,Serge El pensamiento mestizo. Barcelona, Paidós, 2000,
Levine, Robert A Geography Of Time: The Temporal Misadventures of a Social Psychologist. Basic Books, 1998.
Mumford, Lewis Técnica y civilización. Madrid, Alianza, 1968
Primavera, Heloisa Futuro sin fronteras – Monedas sociales y otras urgencias de este tiempo 2017
Spinoza, Baruch Etica demostrada según el orden geométrico
Srnicek, Nick Capitalismo de Plataformas. Buenos Aires, La Caja Negra, 2018
Tapscott, Dan Blockchain Revolution: How the Technology Behind Bitcoin Is Changing Money, Business, and the World. Basic Books, 1998.
Williams, Brett Debt for Sale: A Social History of the Credit Trap. University of Pennsylvania Press, 2004.